A Novosibirsk llegué por la mañana, pero como mi couchsurfer trabajaba no me podía atender hasta por la tarde, pero para que no estuviese todo el día pululando por ahí con mis cosas me dijo como llegar a un café en el que podía estar el tiempo que quisiese.
Estaba en medio de la zona universitaria y estaba muy chulo, el negocio consistía en que pagabas según el tiempo que estuvieses en la instalación y dentro del precio tenías incluido todo el café y té que quisieses. Además había salas de reuniones, televisiones con videoconsolas y una variedad más que decente de videojuegos, juegos de mesa, varios ordenadores y wifi. Estaba muy bien organizado.
Me puse en contacto con mi Masha (la persona que me acogía) para preguntarle como llegar a la casa y me puse a ello. Tenía que coger un autobús, pero al llegar a la parada en teoría no veía ninguno con mi número, hasta que de repente vi una furgoneta que tenía mi número de autobús y me monté en ella explicando con mi ruso rudimentario a lugar a donde iba y casualmente otra persona se paraba en el mismo lugar e iba hacia la misma calle.Bingo!. (Resulta que autobuses como tal hay pocos, la mayoría son furgonetas que hacen la misma función, pero claro si me dicen autobús pues yo busco un autobús).
Masha me pregunto que quería visitar en Novosibirsk. La verdad, es que apenas había mirado que había en la ciudad parado ahí porque al tratarse de la capital de Siberia tenía la sensación de que era una parada obligatoria en mi camino. Además, tampoco tenía pensado pararme mucho, sólo dos noches. A priori lo único que tenía en mente para visita era Akademik Gorodov que es otra zona universitaria de la cual gran parte está dedicada a la investigación genética y y de algunas ramas de la física.
Eso hicimos, a la mañana siguiente Masha me estuvo enseñando el recinto lo cual es bastante impresionante ya que toda la zona se encuentra totalmente rodeada por bosque. Después de callejear la zona durante un rato nos volvimos a separar, ella a trabajar y yo al centro a continuar deambulando. Me dio por ponerme a pasear al lado del río (que listo que soy), y podríamos decir que ese fue el momento en el me empecé a dar cuenta de que refrescaba. al borde del río había aproximadamente unos -13ºC con una humedad bastante alta (obvio) y fue en ese momento en el que pasó por primera vez…tuve fresco…menudo trauma. Otra de las cosas que me sorprendió fue el ver como una gran placa de hielo se desplazaba río abajo. Así que después de pasearme durante un par de horas me volví a la casa. Masha también tocaba la guitarra y cantaba así que estuvimos tocando un rato y destrozando canciones, que para eso están.
No pasé buena noche, tuve un poco de fiebre porque la noche anterior había dormido destapado, el edredón que me habían dejado daba demasiado calor. Para prevenir que fuese a peor empecé a doparme con ibuprofeno y cortar lo que pudiese venir a tiempo. Me quedé en casa todo el día (fuera nevaba que daba gusto) y preparé las mochilas, esa noche tenía que coger mi próximo tren. Sólo salí de la casa para aprovisionarme. Más tarde Masha volvió a la casa y como mi tren salía tarde todavía nos quedamos un buen rato hablando y bueno… una cosa llevó a la otra y deje pasar el tren y me quedé cuatro días más.
Cuatro días después tomé el tren hacia mi nuevo destino, Irkustsk, al lado del Lago Baikal.
Tercer tren: Novosibirsk-Irkutsk: 30 horas
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