La persona que nos llevó desde Ginebra a Chambery era muy maja, se llamaba Nicolás y hablaba español. Un tipo muy agradable que no tardó en poner a caer de un burro a los suizos por no habernos dado dinero y por ser unos sosos agarrados. Lo estoy exagerando un poquito, pero en esencia lo que transmitió fue eso, pero de una manera más fina y diplomática.
Llegamos más rápido de lo esperado a Chambery, pero ya era mediodía y teníamos hambre. Atravesamos el centro y rápidamente encontramos el comodín para comer, un kebab. Justo después de comer quedamos con Adeline, la chica que nos iba a alojar. Fuimos con ella hasta la casa donde descansamos un buen rato. El lugar estaba genial, tenía unas vistas preciosas y no se escuchaba ningún ruido, había una paz increíble. Continuando la rutina salimos a tocar , aunque con pocas expectativas, era un domingo y los domingos en las calles francesas no hay nadie y menos si es una ciudad universitaria. Nos pusimos a tocar en un parque, 20 euros en una hora para no haber nadie estuvo bastante bien. Adeline llegó para oír un par de canciones y al acabar nos volvimos a la casa. Allí nos prepararon la cena, la verdad es que nos mimaron bastante además, estaba buenísimo, que más se puede pedir. Después de cenar vinieron un par de amigos suyos a la casa y lo pasamos bastante bien hablando. Además Adeline se ha hecho el Transiberiano más o menos en la misma fecha en la que lo voy a hacer yo y también ha estado en Mongolia con familias nómadas así que toda la historia de su experiencia me fue de gran ayuda. Nos enseñó un video con la ruta que había hecho y fotos de los lugares.
A la mañana siguiente después de dormir decentemente (no como la última noche en Ginebra) nos dirigimos a Grenoble. La verdad es que después de la experiencia no me habría importado quedarme un par de días más en Chambery. Compartimos otro coche para llegar a Grenoble, está bastante cerca de Chambery a unos 40 minutos, allí ya teníamos donde dormir, otra persona de Couchsurfing nos iba a acoger. Siguiendo rutina al llegar localizamos la oficina de turismo para poder coger un mapa y ubicarnos. Al rato la persona de Couchsurfing que nos iba a acoger se puso en contacto con nosotros, al principio nos dió un susto diciéndonos que no nos podía acoger pero al final todo se resolvió. Fuimos a la casa, siendo educado podría decir que las tareas de casa las tenían un poquito dejadas o que la casa era un poco caótica. A pesar de eso, la casa estaba bastante chula y no nos podíamos quejar, teníamos un techo bajo el que dormir.
Después de dejar nuestros bártulos salimos a dar una vuelta y después nos pusimos a tocar al lado de la estación de tren. No podemos decir que los de Grenoble valorasen demasiado nuestra música, cada vez que nos poníamos a tocar tardábamos unas dos horas en sacar unos 30 euros, que entre dos se queda en nada, aunque por lo menos nos daba para comer.
Los días que estuvimos en Grenoble fueron bastante rutinarios, salíamos dar una vuelta por la mañana, comprábamos algo para comer, tocábamos y después comprar para hacer la cena y a la casa. El único día que hicimos algo diferente salimos a un pub irlandés en el que hacían Jam session. Allí toqué una canción, pero la verdad es que los que tocaban eran un poco rancios… así que tardamos muy poco en irnos. Si tuviese que destacar un momento de Grenoble sería el momento de las mormonas. Un día de los que estábamos tocando en la estación se pararon dos chicas en frente nuestra y se quedaron escuchando y mirándonos. Eran bastante guapas pero… tenían el «Libro del Mormón» en la mano. Una de ella se puso a escribir en un papel y nos los iba a dejar en medio de las monedas pero para ver realmente que querían paramos de tocar justo antes de que fuese a dejar el papel. Nos querían invitar a una noche cultural que iban a organizar en uno de sus centros, nos dejaron la fecha,hora y lugar de donde era el evento por si quisiésemos ir a tocar. A esto le siguió la siguiente conversación:
– Rafa: ¿Qué carallo quieren?
– Yo: Que vayamos a tocar a una noche cultura a su Iglesia, pero es el día 18.
– Rafa: Si hay que quedarse, yo me quedo.
– Yo: ¿Sabes que los mormones pueden tener más de una mujer?
– Rafa: Y si hace falta hacerse mormón, también me convierto.
La verdad es que aunque no nos fuese muy bien tocando siempre nos acabábamos echando unas buenas risas y eso era lo importante.
El plan inicial era pasar en Grenoble dos o tres noches y después dirigirnos hacia Italia u otros pueblos por la zona. Como en la casa en la que estábamos solo nos podíamos quedar 2 noches tuve que buscar de «emergencia» otro lugar en el que pudiésemos dormir. Fue nuestro día de suerte, otro chico de Grenoble se ofreció a acogernos dos días en su casa. El problema fue que no logramos encontrar donde dormir gratis, lo cual eran esencial para nuestra economía. Intenté contactar con unos amigos que tengo en Valence pero seguían de viaje de trabajo así que todo apuntaba a una dirección, tendría que volver a Lyon. Por una parte era un paso atrás, pero por la otra lo pasé tan bien allí que tampoco me importaba mucho volver así que llamé a Benoit y me dijo que nos podía acoger sin problema.
Tomamos dirección Lyon compartiendo coche para variar, el conductor fue bastante agradable, de hecho nos dejó en el centro de Lyon. Nada más llegar fuimos a ver a Benoit a casa de unos amigos, la noche anterior se les había ido un poco de las manos y ya ni siquiera volvió a casa. Nosotros nada más llegar y comer algo le pedimos las llaves y nos fuimos a dejar el petate a casa y descansar un poco….creo que da la sensación de que somos unos vagos y descansamos mucho, pero viajar y tocar también cansa!!! Al rato volvimos a la casa de los amigos de Benoît y allí estuvimos toda la tarde charlando con franceses medio colocados, medio borrachos que intentaban hablar español con Rafa, fue bastante gracioso. Para variar el plan era tocar, pero el tiempo nos dio la espalda y se puso a llover.
A la mañana siguiente nos levantamos relativamente pronto y salimos a tocar. Hacía un buen día y para nuestra suerte cerca de donde me ponía a tocar yo normalmente habían puesto un mercado de arte. Fue genial, la recaudación fue extremadamente buena incluso con billetes. Además la gente se paraba y se quedaba escuchando, lo apreciaba. (El hit nº1 era Pontebora, seguro que Rafa es muy amable y en los comentarios deja un link a la canción). Al acabar de tocar fuimos a comprar para hacer la cena y comer algo, está noche tocaba hacer tortilla de patatas. Después de comer, descansamos un poco, salimos a dar una vuelta y fuimos a por el segundo asalto, había que exprimir la oportunidad y lo hicimos y bien. Mejor incluso que por la mañana esta vez no quedamos boquiabiertos cuando un señor se acercó y nos puso 18 euros!!!.
Volvimos casa, aparecieron unas cuantas personas más, es una de las cosas que me encanta de esa casa de repente empieza a aparecer gente, es genial. Hice la cena, tortilla para todos! cuando la gente desalojó, preparamos las mochilas y nos fuimos a dormir, a la mañana siguiente tenía que acompañar a Rafa hasta el punto de encuentro con la persona que lo iba a acercar a Ginebra y después ir al punto de encuentro con la persona que me iba a llevar a Italia.
Ya iba siendo hora de dejar el francés de lado por una temporada.
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