Ginebra, no gracias.

Para ir a Ginebra, Mari Jo me consiguió un coche a través de Blablacar. La mañana que me tenía que ir a Ginebra, Pascal me acompañó hasta el punto de encuentro. El coche era un Mini en el que ya iban 3 personas y el maletero estaba lleno, así que sin más remedio fui en el asiento del copiloto con mi mochilón encima de las piernas, por 3 euros que me costó el viaje no me voy a quejar de nada.
Llegué a Ginebra un día antes que Rafa (que se iba a unir a mi viaje durante 10 días), la idea era que yo encontrase un lugar barato/gratis donde dormir y averiguar temas de licencias y organizar nuestro viaje por Suiza. Así que nada más llegar a la ciudad, me dirigí a la oficina de turismo para coger un mapa y poder ubicarme. La siguiente parada fue la comisaría de policía para que me diesen información sobre las licencias de artista callejero. Me mandaron a otra oficina, !Viva la burocracia! Una vez encontré la oficina de turno me informaron que para la licencia hacía falta una fotocopia del carnet o pasaporte y 10 francos…diarios! (10 francos son aprox. 9 euros). Puede que mereciese la pena, pero a priori no sonaba muy bien. Como ya eran las tres de la tarde decidí no tocar ese día, ya que pago quiero tocar todas las horas posibles.
Mi misión más importante a estas alturas era buscar cobijo, no tenía donde dormir. Ese mismo día iba a quedar con Faustino un antiguo cliente gallego de mi madre con la esperanza de que nos alojase por unos días. Como no tenía noticias suyas pregunté por todos los albergues si había plaza para dormir pero todo estaba lleno, todo apuntaba a que hoy tocaba dormir de calle. Finalmente, logré localizar a Faustino y fui a su casa. No me había podido coger el teléfono porque se habían ido el y su mujer a recoger navizas al terreno de unos amigos… yo pensaba que en Ginebra no pasaban estas cosas, pero me pareció gracioso y a la vez muy familiar, galicia está en todas partes. Me invitaron a cenar y acepté con la siguiente frase » Muchas gracias claro que me gustaría quedarme a cenar, aunque el problema es que no tengo donde dormir» a veces me asombro de mi sutileza. Me dijeron que me podía quedar a dormir en el sofá esa noche, pero que el fin de semana se iban de vacaciones y ya no me podría quedar, algo es algo por lo menos no dormiría al raso esa noche.El menú de la cena de ese día fue tortilla de patatas junto con una ensalada y un poco de embutido.

Esa noche hice una reserva para un albergue, no quedaba bonito que el primer que día que llegase Rafa durmiésemos en la calle.

Durante la mañana siguiente me encargué de intentar buscar lugares en los que dormir gratis los siguientes días aunque ya fuese en otras ciudades de Suiza o Francia. Los precios me habían espantado bastante y el hacer algo de dinero parecía bastante difícil así que la mejor opción parecía volver a Francia. Antes de irme de casa de Faustino me quedé a comer con ellos esta vez el menú era de una calidad todavía superior, navizas con panceta y patatas! ya veréis las fotos, se me hizo la boca agua al verlo. Me despedí de ellos y me dirigí al albergue a hacer el check-in.
La verdad es que el albergue tenía bastante pinta de ser una tapadera de algo, tenían un descontrol bastante grande pero a pesar de eso estaba decente. Por la tarde llegó el Gran Rafa Toriza. Nos encontramos en la estación de tren que por suerte estaba a escasos 5 minutos de la estación. Nos quedamos un rato en el albergue donde conocimos a Marc, Mónica, Marco, Erlend y un francés que si mal no recuerdo se llamaba Frank. Cada uno de ellos más personaje que el anterior, aunque el gran fichaje fue Erlend, todo un crack, de hecho Rafa y yo estamos invitados a noruega.

-Erlend era un personaje, y tras de unas cuantas cervezas nos avisó de que aterrizábamos.-

Esa misma noche después de cenar en el albergue, quedamos con Barbara, una amiga italiana de la Srta. Lazcoz (esta tiene amigos hasta en el infierno). Salimos con ella a dar una vuelta y ahí nos dimos cuenta de que la ciudad parecía desierta, eran las 9 de la noche de un viernes y en la calle no había nadie. Como empezó a llover un poco nos fuimos a tomar algo a un pub y nos retiramos bastante pronto ya que al día siguiente queríamos tocar y había que descansar un poco.

A la mañana siguiente organizamos el petate y salimos a desayunar, cuando estábamos pagando en la caja nos dice la dependienta «Ay! ¿Sois gallegos?, yo soy de La Coruña»…somos una plaga.

Dimos una vuelta y al final nos pusimos a tocar al lado del Jardín Inglés, obviamente sin licencia. Podría haber ido peor para ser una toma de contacto la recaudación no estuvo tan mal. A todo esto no teníamos donde dormir esa noche así que el objetivo era tocar para recuperar el gasto del albergue y si eso pagar otra noche. Por la tarde antes de ponernos a tocar dimos la vuelta de visita obligatoria, fuimos hasta el CERN y a la ONU. Por la tarde volvimos a tocar y la recaudación fue menos de un tercio que la de por la mañana y si a eso le sumáis el gastarnos 13 francos para poder hacernos dos bocadillos para comer al mediodía el resultado es que estábamos a dos velas. Tras varias vueltas y ver como estaba el tiempo decidimos intentarnos colar en el albergue. Funcionó, además en las habitaciones seguían nuestros colegas de la noche anterior, así que eso lo hizo más fácil.

Visto como estaba el panorama decidimos dar marcha atrás e irnos de vuelta a Francia. Recibí respuesta de que alguien nos podía alojar en Chambery y había gente que nos podía llevar en coche. La noche estuvo entretenida, estuvimos en la cocina charlando y riéndonos con toda la gente que habíamos conocido el día anterior. Cuando la gente abandonó la cocina, la convertimos en nuestra habitación. Yo me tiré en el suelo con el saco de dormir y Rafa se las apañó con una silla y la mesa.

A la mañana siguiente, nos recolocamos todos los huesos en su correspondiente lugar y partimos en busca de nuestro conductor.

Próximamente: Los días de Rafa: Chambery, Grenoble y ¿Lyon?