Bratislava y Viena están bastante cerca sólo una hora y media de autobús. Después de recoger todas mis cosas en casa de Christine me monté en el autobús, está vez para un tramo bastante corto. Nada más llegar a la estación de autobuses me dirigí al centro de la ciudad a buscar un mapa para poder ubicarme. (Creo que nada más llegar a Mongolia y a China me compraré un mapa de las regiones por las que vaya a estar, no creo que en medio de la taiga o del Desierto del Gobi haya oficinas de turismo).Mapa en mano, me dirigí al albergue, a lo tonto ya eran las cuatro de la tarde.
Subí a la habitación y me tiré un rato. Compartía habitación con una californiana, Jessica, por fin otra persona que está viajando! Lo bueno que tiene hacer couchsurfing es conocer a gente local pero no se conoce a viajeros. Jessica va a estar viajando durante 3 meses por Europa y en verano lo más probable es que se vaya a Australia a trabajar como aupar para ahorrar dinero y poder volver a Europa para estudiar. Después de estar una rato charlando nos entró el hambre así que salimos y me llevó a un pub en el que se comía genial y tirado de precio, casi tengo que salir rodando. Yo cené goulash de ternera con dumplings de pan, cojonudo. Solo con ese plato ya me enamoré de la cocina eslovaca. Jessica cenó halusky, una especie de mini gnocchi con una salsa de queso de cabra y trocitos de bacon!!! Al acabar de cenar salimos rodando como toneles del pub y fuimos a dar una vuelta por el centro de Bratislava. Es bastante pequeño pero bonito, lo único que le faltaba era un poco más de vida en la calle. Como Jessica todavía se estaba recuperando de un gripazo (cuando entré en la habitación la encontré en pañuelos) volvimos sal albergue donde estuvimos un buen rato más hablando y a dormir.
Por la mañana me desperté bastante tarde, me apetecía dormir. Cuando iba a salir a dar una vuelta para desayunar/comer la californiana se unió a mi. Después de asaltar el pub por segunda vez en menos de 24 horas teníamos que movernos si o si. Así que fuimos hasta el castillo y después nos dedicamos a callejear durante un par de horas. Volvimos a por la mochila de Jessi y fuimos a la estación de autobuses, ella tomaba rumbo Salzburgo. Cuando volví al hostel conocí a Guille y a Jani. Guille estaba tocando la guitarra y el sitar iraní así que me uní a el y tocamos un rato con el whistle y más flautas que tenía él. Ambos eran argentinos, Jani se había venido a viajar durante unos meses a Europa y Guille llevaba un año viajando, se había recorrido toda Sudamerica y Europa. Nos tiramos un buen rato hablando y al rato salimos a cenar. Puede que suene repetitivo, pero volvimos al mismo pub por la sencilla razón de que la comida estaba muy buena y era barata. Después de cenar nos volvimos al albergue para continuar rajando un rato, después de tanto tiempo viajando hay muchas historias que contar. Una pena que ambos tuviésemos nuestro siguiente tramo planeado… habría estado genial montar algo juntos, pero bueno quien sabe cuando nos podemos volver a encontrar.
Mi última mañana en Bratislava la dediqué a comprar provisiones y cocinar para la comida y la cena. Por la tarde volví a darme la que creía que sería mi última vuelta por Bratislava. Hizo bastante buen tiempo, pero no me animé a tocar en la calle, no vi a nadie tocando en la calle y le pregunté a un par de personas y me dijeron que era lo normal, así que por algo será…
Cuando volví al albergue escuché a un montón de gente cantando así que siguiendo la música llegué hasta el bar. Debía haber unos veinticinco tipos cantando y tocando la guitarra. Cuando estaba en la barra uno de ellos se me acercó y me dijo que me invitaba, era su despedida de soltero. Habían venido el y seis amigos mas desde Inglaterra… no me cuadraban los números. Al poco tiempo el inglés y sus 6 amigos se fueron. Había dos despedidas de soltero. Mientras observaba y escuchaba como cantaban otro tipo se me acerco y me empezó a contar que ellos también estaban de despedida de soltero. Eran de Gales. Al poco tiempo ya me había sentado con ellos y me había puesto «cantando». Llegado a un punto le digo a uno, «¿Qué me dirías si te digo que tengo una gaita en la mochila?», el paisano e empezó a reír pensando que lo estaba vacilando así que la saqué y todos empezaron a desvariar (en su vida se les había pasado por la cabeza encontrarse con un gaiteiro en Bratislava). Toqué las canciones de turno para que cantasen: Whisky in the Jar, The Wild Rover y un par más.
Tras pasar un rato tocando y hacendó el mono me dijeron que saliese con ellos así que otro chaval canadiense y yo nos unimos a ellos. La noche empezó con shawarma!!!, después de haberlo probado no quiero kebab quiero shawarma!…ahora entiendo a Los vengadores. A esto le siguió un pub en el que tenían música en directo. Estaba tocando un duo de guitarra y celo eléctrico, una pasada de concierto el cellista era increíble. Tocaban temas de pop y rock y los solos los hacía el cello, bestial en serio. Mientras veíamos el concierto nos pusimos a hablar y les pregunté a que se dedicaban… y menos mal que lo hice, entre ellos había: un golfista profesional, surfista y actor profesional (se lo pasa viajando por el mundo yendo a campeonatos) y uno de ellos es Head Chef de uno de lo restaurantes de Jamie Oliver…para cagarse. Al salir del pub no se como pero nos acabamos dividendo en dos grupos, no se donde acabaría el otro grupo solo sé que el grupo en el que yo iba acabó en un stripclub con el padre del novio bailando desnudo con una stripper en la barra… una vez visto eso decidí que era hora de volver al albergue. A la mañana siguiente había que coger temprano el autobús para ir a Krakov.
En el próximo capítulo: «Krakov y Auschwitz: ING, Dragones Maricones, Mucho Pelo y Organización Extrema.»
Cunachi dice
Eres Grande,viviencias imborrables,amigos para siempre….el camino es largo.Sigue adelante ,el mundo es tuyo.