Todavía dudando si parar en Barcelona o seguir directamente hasta Francia me decidí por compartir un coche hasta Barcelona. Una vez allí, me pasé por la oficina de Training Express Barcelona a visitar a mis antiguos compañeros. Habíamos trabajado un año y medio juntos pero no nos conocíamos en persona. Como no tenía dónde dormir, o por lo menos nada fijo, uno de ellos me ofreció su sofá. Tras una fugaz visita al Parc Güell y el intento nulo de encontrar otro lugar más céntrico y asequible, acepté su oferta, lo cual implicó una buena cena en su casa y una todavía mejor sobremesa.A la mañana siguiente volví a aparecer por la oficina para invitarles a algo para desayunar y, ya de paso, robar un poco de Wi-Fi.
Como no recibí respuesta de nadie de Couchsurfing de Francia decidí dirigirme hacia Girona, donde me alojó el gran Bruno. Girona me sorprendió, una ciudad más o menos pequeña y muy acogedora, sobre todo la parte del casco antiguo. El plan era quedarme hasta que tuviese una respuesta de alguien que me pueda alojar en Francia, a poder ser en Montpellier.
La primera mañana la dediqué a explorar la parte del casco antiguo de Girona para encontrar el mejor lugar para poder tocar la gaita. Después de que Bruno me invitase a comer y de descansar un poco en la casa, me fui a tocar. El asunto salió bastante bien, saqué más dinero del que pensaba. La parte mala es que como no estoy acostumbrado a tocar tanto tiempo, acabé reventado y al final ya me costaba soplar. Después de tomar algo en una terraza me volví a casa, donde me encargué de la cena: pechugas de pollo con salsa dulce de queso curado y unas patatas ‘fondant’. La cena fue lo suficientemente pesada como para que al poco rato nos entrase el sueño y la modorra.
A la mañana siguiente, después de remolonear un buen rato en el sofá, logré levantarme y prepararme para la siguiente sesión de música callejera. Hacía calor, mucho, lo suficiente como para que de cada seis o siete tuviese que retocar la afinación, pero bueno, al final mereció la pena. Por la tarde me dediqué a dar una vuelta por el casco antiguo y la judería (tengo que decir que es la judería mejor conservada de Europa, si no la gente aquí me mata; no hacen más que fardar de eso y de que tienen un ascensor para no subir las escaleras de la muralla).
En conclusión, Girona es una ciudad bastante recomendable a la que en algún momento volveré. Próximo destino, Montpellier. Cruzaré la frontera en coche con unos alemanes y, si todo marcha bien y me contestan a tiempo, me alojaré en casa de una bióloga española que está haciendo el doctorado en Francia (al parecer ya no queda gente en España haciendo doctorados).
Flequi dice
Creo que has empezado con buen pié y eso es bueno. Espero que todo tu camino sea así, pero creo que no tendrás tanta suerte y habrá momentos duros, pero tu sabrás sobreponerte. Un fuerte abrazo Pichy.
christian dice
Vale meu! espero que todo siga como ata agora 😉
Cunachi dice
Las experiencias empiezan sorprendidendo un poquito…pero aun queda lo mejor….
Alfonso Castelao Simón dice
Es un placer leer tus vivencias de manera tan detallada. Me encantará acompañarte todo el trayecto de esta forma y tú tendrás un gran recuerdo el día de mañana. Pásalo genial ahora que puedes. 😉