Adiós Sichuan, hola Mundo.

Si,aunque dé la sensación de lo contrario sigo vivo. Estos últimos meses han sido bastante intensos y llenos de inolvidables momentos, pero una vez más es tiempo de cambio. Así, sin quererlo, he pasado un año y medio viviendo en China !Menos mal que sólo venía para quince días! Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo, el día que escribí esto hacía dos años que pisaba Chengdu por primera vez, todavía no me lo creo. Logré hacer de esa pequeña urbe mi casa y de sus habitantes mis amigos. Dejar atrás un sitio en el que uno se ha asentado y sobretodo cuando uno se encuentra a gusto es muy difícil, pero eso pasará siempre.

 Este año, como ya he dicho ha sido muy completo e intenso, a pesar de que hubo muchos momentos en los que pensaba que estaba desperdiciando mi tiempo (más de la cuenta). Ahora, miro hacia atrás y recapitulando puede que sí perdiese el tiempo en muchas ocasiones, pero no puedo negar que este ha sido uno de los periodos de mi vida en los que más he aprendido y con eso me basta. Todo este año se lo debo a las personas, a la gente que he conocido y que han compartido todas sus experiencias y conocimientos conmigo y me han hecho ver el mundo de una manera distinta. Me consideraba una persona abierta hasta un llegué aquí, donde aprendí que muchos de los estándares con los que había crecido ya no tienen sentido. La definición de lo que es bueno y lo que es malo que me había creado, ya no encaja en el molde de mi cabeza. Y me alegro de haber cambiado.

Siento que de alguna manera este es el primer año del resto de mi vida. Una gran persona hace no mucho me dijo “Este año hemos aprendido a aprender”, y es una frase que se me ha quedado a grabada y nunca olvidaré. Veamos que trae este nuevo año.

Ahora una vez más me encuentro ante un mapa de infinitas posibilidades. Vuelvo a ser libre de ir a donde quiera y como quiera, el plan es no tener plan.

Siempre quise visitar Japón pero no entraba en mis planes a corto plazo, y ahora mirad. Aquí estoy. Tengo muchos proyectos de viaje en la cabeza, a cada cual más imponente.

Esta entrada es muy corta y sin mucha chicha no nos vamos engañar pero ahora ya estoy en  camino una vez más y volveré a la ruta del diario.

Hoy, tengo un pequeñito regalo que espero que os guste. Antes de partir de mi preciado Sichuan, volví  visitar unos pueblos que siempre me atrajeron mucho de las zonas del oeste de esta provincia. Aquí os dejo un video con distintos momentos en diversos monasterios budistas y zonas tibetanas del Oeste de Sichuan.

Nos vemos pronto!