Type your search terms above and press return to see the search results.

  • Sobre mi
  • Blog
  • Cocina
  • Postales
  • ¡Escríbeme!
  • Amigos Viajeros

Diario de una gaita errante

Desventuras de un gaiteiro perdido...

  • Sobre mi
  • Blog
  • Cocina
  • Postales
  • ¡Escríbeme!
  • Amigos Viajeros

Mongolia III

Nomadeando por Orkhom

Published mayo 06, 2014 by gaitavai in Blog,Mongolia
3 Comments

Este sería el último día que pasaríamos en la que ya considerábamos nuestra furgoneta rusa. Pero antes de retomar la ruta a nuestro último destino le dedicamos una visita a un templo budista del siglo XII que había en el pueblo donde habíamos dormido.

Templo budista que visitamos antes de dirigirnos hacia el Valle de Orkhom.

Templo budista que visitamos antes de dirigirnos hacia el Valle de Orkhom.

Tras tres horas de ruta hicimos una parada para comer y aprovisionarnos para los próximos 10 días, ya que los pasaríamos en el medio de la nada con una familia nómada. Hicimos las compras necesarias (de la poca variedad de productos que había en la tienda del pueblo, la misma que puede tener una pequeña tienda de barrio) y nos enfrentamos a las dos últimas horas de viaje. Enfrentarse me parece la palabra más adecuada porque para variar no había carretera, ni siquiera un camino por el que se viera que antes han pasado coches.

La familia vivía en medio de un parque natural, el Orkhom Valley. Era precioso, llanuras, montañas, lagos y ríos (ambos congelados). Había caballos, yaks, cabras y ovejas por todas partes. En valle esta poblado pero las ger están bastante separadas.

Finalmente llegamos a la que sería nuestra casa durante 10 días. Estábamos en un valle, justo al lado de un río congelado. La familia tenía una ger para nosotros tres  y estaba equipada con: una lujosa bombilla de bajo consumo conectada a una batería de coche que almacenaba la energía de un panel solar que teníamos fuera, cocina/estufa de leña y un bidón de unos 30 litros de agua.

Justo detrás de las gers, estaban el rebaño de cabras y ovejas, y los yaks. Los caballos los tenían al otro lado de la montaña porque había más pasto.

La cabra y el yak, un amor imposible.

La cabra y el yak, un amor imposible.

La recepción fue muy agradable (acompañada de su reglamentario té con leche de yak). Era una familia bastante grande, el matrimonio principal, con dos hijos (21 y 26) ambos casados y con un hijo. Del único nombre que me acuerdo era el de Dash, el hijo mayor que chapurreaba algo (muy, my poco) de inglés y básicamente era el que se iba a encargar de nosotros por razones obvias.

Dash, nuestro joven anfitrión.

Dash, nuestro joven anfitrión.

Poco antes de la hora de la cena la señora vino a nuestra ger a traernos algo de carne para que cocinásemos, nos trajo un par de cotillas de yak!!!  (Para mi es lo equivalente que si a un niño pequeño le dan un caramelo). Acepté el reto.

A la mañana siguiente, dado que no teníamos que viajar dejamos que se nos pegasen un poco las sabanas. Fue una mañana relajada, organizamos nuestras provisiones y nos dimos una pequeña vuelta para familiarizarnos con el entorno. Después de comer nos despedimos de Yagá que ya se volvía a Ulan Bator, y la vez que lo hacíamos nos estábamos montando en caballo para ir a dar una vuelta y ver la famosa cascada de Orkhom. Nunca había montado a caballo, la verdad es que el animal me daba un poco de pena… tenía que cargar conmigo que no soy un peso precisamente ligero. Estuvo bastante entretenido hasta en empezamos a trotar y en interior de mis pantalones se hizo una tortilla, pero mereció la pena. Al llegar a la cascada estaba congelada, era impresionante, todo nevado, el lago y la cascada congelados impresionaba bastante.

Al día siguiente François partió cinco días a caballo con Dash para visitar otros lagos y recorrerse el valle. Marie y yo, por otra parte no estábamos preparados ni nos veíamos con ánimos de pasarnos cinco días a caballo.

Cualquiera diría que parezco un experto jinete.

Cualquiera diría que parezco un experto jinete.

Durante el resto de los días que estuvimos con la familia nos adaptamos a los horarios y las tareas. Eso implicaba que nada más despertarnos por la mañana había que soltar las cabras y dar de comer a los cabritos a parte. Yo me encargaba de pelearme con cornudo padre para que no se zampase la comida de los cabritos así que me tocaba agarrarlo por los cuernos. La siguiente tarea era la misma pero con los yaks, primero se ordeñaban y se alimentaba a las crías de yak y después los soltábamos para se pasasen el día pastando por ahí. La última tarea con lo animales era la más importante, limpiar sus congeladas excreciones del día anterior. Para ello tenían un artilugio bastante particular. Se trataba de la chapa de un capó de coche al que tenían atada una cuerda, eso hacía de recogedor así que os podéis imaginar la cantidad de mierda que se recogía al día (normalmente se hacían 4-5 viajes cargaditos).

Otra de las tareas a realizar era ir a por agua. Todo estaba congelado así que lo que había que hacer era irse con un saco y un hacha al río y cortar trozos grandes. Estos se llevaban a la ger, hervían, colaban y de vuelta al bidón. Por último, otra de las cosas que había que hacer era cortar leña, la estufa estaba encendida 24/7 creedme, no hacía calor.

Más detalles de la vida nómada: el campo era nuestro baño (no había que tirar de la cadena, normalmente venía el perro detrás y después se lo comía), las duchas eran manuales (te mojabas la mano, te restregabas un poco y te secabas).

Ese era el valle. Calculad la temperatura...

Ese era el valle. Calculad la temperatura…

Sin darnos cuenta os días pasaron fugazmente y de repente nos encontramos de vuelta en el pueblo para tomar un autobús de vuelta a Ulan Bator. El «autobús» era una furgoneta de 11 plazas y el viaje duraba 6 horas. Acabamos siendo 16 personas más varios bultos de mercancía, llevábamos hasta una ger en el techo y el viaje duró 9 horas, durante las cuales en varias ocasiones deseé la muerte. Dos de lo tipos que iban en los asientos de atrás se pusieron a darle al vodka nada más montarse, nos pilló un tormenta de arena, de todo… un viaje para la posteridad, ahora entiendo porque la señora del albergue no nos recomendaba viajar en autobús.

Llegamos un día antes del fin de año, pero tampoco fue nada del otro mundo, fue un día más. Tras un día más de adaptación a la cómoda vida desarrollada me monté en un tren con destino Beijing. La gran China me esperaba.

Tren: Ulan Bator-Beijing: 32 horas

Previous Post:Mongolia IINext Post:Dumplings de Fresa Vieneses

Comentarios

  1. Li Li dice

    mayo 23, 2014 en 5:30 am

    Donde estas ahora? Has volvido a Espanya? Espero que actualices tu blog. Hace mucho calor aqui en Pekin, muchismo calor!

    Responder
  2. Miguel Angel dice

    mayo 7, 2014 en 11:35 pm

    Me encanta la historia Pichy, te envidio un poquito. Espero que no decaiga tu ánimo y continues desarrollando tu historia

    Responder
  3. Cunachi dice

    mayo 6, 2014 en 5:51 pm

    La gran persona que eres, tu inmenso corazón hacen que todo vaya rodado…. la suerte te acompaña las buenas personas te rodean…. eres un afortunado

    Responder

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Mongolia II

Rohan, El frío ruso era un pinchito, Cráter, White Lake

Published abril 28, 2014 by gaitavai in Blog,Mongolia
3 Comments

Mongolia I

Pues va a ser que no, Alternativa, El Dios del Camello

Published marzo 11, 2014 by gaitavai in Blog,Mongolia
4 Comments

¿Quiéres leer más?

Este mensaje solo es visible para los administradores.
PPCA Error: Debido a los cambios en la API de Facebook, el 4 de septiembre de 2020 ya no será posible mostrar un feed desde una página de Facebook de la que seas administrador. El siguiente feed de Facebook no está usando un token de acceso válido para esta página de Facebook, por lo que dejará de actualizarse después de esta fecha.

Sobre este Blog

Espero que hayas disfrutado leyendo este blog. Simplemente lo escribo para poder compartir mi experiencia con el resto del mundo y para que me quede una memoria de todas estas vivencias. Te animo a que sigas leyendo y si te apetece déjame un comentario o envíame un correo.

Esta página web está protegida por un dragón mágico que te arrancará la cabeza si copias algo. Se me olvidaba, este blog también está registrado en Creative Commons.